Iniciales bordadas en las camisas, ¿sí o no?

Las camisas a medida ofrecen toda la exclusividad que solo la ropa a medida puede ofrecer. Anchura, largura, tipo de tela, puños, botones, cuellos… todo es modificable y adaptable al gusto y la complexión física de cada uno. Incluso hoy en día aún existen camiserías y grandes marcas que ofrecen la posibilidad de bordar tus iniciales en tu camisa a medida.

Precisamente la cuestión de las iniciales es una de las más polémicas en relación a las camisas a medida. Muchos sastres, expertos y aficionados a la moda masculina afirman que las camisas a medida con iniciales bordadas son cosa del pasado, y para referirse a aquellos que las llevan usan habitualmente términos como “horteras” o “antiguos”.

Sin embargo, ¿está justificada esta intransigencia con los bordados en las camisas a medida? La mayoría de los que son críticos con este elemento recurren a la historia. Hace un siglo, muchas personas acudían a lavanderas para lavar sus prendas. Esto provocaba que el volumen de prendas en las lavanderías fuera enorme y que corriera la posibilidad de perder o mezclar prendas. Ante esta tesitura, los nobles y personas más ricas optaron por bordar sus iniciales en las camisas para evitar llevarse alguna de la “chusma” y que su preciada prenda acabara en manos de un simple obrero.

Por esta razón, muchas personas consideran grabar las iniciales en la camisa algo típico de personas de buena familia, acomodadas, que se creen superiores a los demás hasta al punto de llevar su propio nombre en su prenda. Sin embargo, muchos de estos críticos no ven que la intransigencia de sus opiniones va contra esa creatividad en la moda que tanto suelen defender. Y además, parece mentira que no sepan que la inclusión y elección del bordado es uno de los momentos más especiales para algunos clientes en la confección de su camisa a medida.

Y es que puede que los bordados en las camisas a medida no estén tan solicitados como antes, o que es un elemento que no combina demasiado bien con varones jóvenes. Sin embargo, los bordados siguen teniendo su público, un público generalmente más maduro y tradicional, un público que probablemente sepa más de sastrería y moda y lleve más años vistiendo ropa a medida que aquellos que le critican. Un público que no se deja llevar por los prejuicios de otros y que sabe realmente lo que espera de su ropa a medida: una prenda exclusiva y personal.